El mundo perdió 35 % de humedales entre 1970 y 2015
Aunque los humedales de agua dulce y costeros, como las marismas, los manglares y las marismas saladas, contienen el 40% de todas las especies de plantas y animales, muchas especies de plantas y animales han sido contaminadas o degradadas debido al cambio climático y al desarrollo humano.
En el Día Mundial de los Humedales del pasado jueves, Naciones Unidas hizo un llamado a la acción urgente para recuperar y restaurar estos ecosistemas, que están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.
Los humedales cubren alrededor del 6 por ciento de la superficie terrestre y son esenciales para la salud humana, el suministro de alimentos, el turismo y el empleo.
De acuerdo con Naciones Unidas, más de mil millones de personas en todo el mundo dependen de los humedales, sus aguas poco profundas y abundante vida vegetal sustentan, desde insectos hasta patos y alces. Los humedales también son cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Estos ecosistemas proporcionan importantes servicios ambientales como la regulación del agua y la mitigación de inundaciones. Las turberas son un tipo especial de humedales con vegetación que almacenan el doble de carbono que los bosques.
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El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) documentó que durante los últimos 200 años, estos ecosistemas se han drenado para dar paso a tierras agrícolas o infraestructura. Alrededor del 35 por ciento de los humedales del mundo desaparecieron entre 1970 y 2015, y la tasa de pérdida ha aumentado desde 2000.
El PNUMA ha advertido que entre el 20 % y el 90 % de los humedales costeros actuales podrían desaparecer para finales de siglo, dependiendo del aumento del nivel del mar inducido por el clima. Los humedales también experimentaron una mayor pérdida de biodiversidad que otros ecosistemas terrestres y marinos.
Leticia Carvalho, encargada de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces de la agencia, instó a los gobiernos a poner fin a las políticas y subsidios que incentivan la deforestación y la degradación de los humedales, y a centrarse urgentemente en la restauración.
Los países acordaron un acuerdo histórico en la Conferencia de la ONU sobre la Diversidad Biológica en diciembre para proteger un tercio de la tierra, las costas y las aguas continentales del planeta para 2030.
Los esfuerzos para restaurarlos están cobrando impulso en todo el mundo. Por ejemplo, China está desarrollando el concepto de “ciudades esponja” a la luz de la rápida urbanización y el aumento de los riesgos climáticos, incluidas las inundaciones. Las iniciativas en curso incluyen aceras “verdes”, humedales ajardinados y pasarelas que recogen, ralentizan y filtran el agua de lluvia.
En un informe publicado el año pasado, el PNUMA destacó la necesidad de aumentar la inversión en iniciativas basadas en la naturaleza para cumplir los objetivos globales sobre el clima, la biodiversidad y la degradación de la tierra. Actualmente otorga $ 154 mil millones al año, pero esa cifra debería más que duplicarse a $ 384 mil millones para 2025.