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Europa reduce la protección del lobo y genera preocupación

Europa reduce la protección del lobo y genera preocupación
Europa reduce la protección del lobo y genera preocupación
  • La decisión de la Convención de Berna permite la caza del lobo en más países, desatando críticas de expertos y organizaciones ambientales.

El lobo deja de ser una especie estrictamente protegida en Europa. La modificación de su estatus bajo la Convención de Berna, que pasa de “estrictamente protegido” a “protegido”, entra en vigor tras su aprobación el 3 de diciembre de 2024. La medida, impulsada por una propuesta de la Unión Europea (UE), ha generado una fuerte reacción de ambientalistas, científicos y organizaciones defensoras de la biodiversidad.

Un retroceso en la conservación del lobo en Europa

El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés) expresó su rechazo a esta decisión, calificándola como una amenaza para la recuperación de la especie. “Esta decisión ignora la ciencia y prioriza la conveniencia política sobre la conservación”, afirmó Ilaria Di Silvestre, directora de Política y Defensa de IFAW en Europa. Según la organización, la nueva regulación no contribuirá a reducir los conflictos entre lobos y agricultores, sino que podría poner en mayor peligro a la especie.

El lobo ha sido objeto de protección estricta en Europa durante décadas, lo que permitió una lenta recuperación de sus poblaciones. Sin embargo, la mayoría de los grupos de lobos en la UE aún no han alcanzado un estado de conservación favorable, como lo exige la legislación comunitaria. La flexibilización de su protección podría derivar en un aumento de la caza, poniendo en riesgo los avances logrados hasta ahora.

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Medidas de coexistencia en lugar de reducir la protección

Las organizaciones conservacionistas sostienen que la mejor forma de prevenir los conflictos entre lobos y agricultores es a través de medidas de convivencia no letales. Métodos como cercas reforzadas, perros guardianes y sistemas de alerta temprana han demostrado ser efectivos en varias regiones de Europa. “En lugar de debilitar la protección del lobo, los gobiernos deberían invertir en soluciones que funcionan”, agregó Di Silvestre. La implementación de estos mecanismos ayudaría a minimizar los daños en la ganadería sin recurrir a la caza como solución principal.

Con la entrada en vigor del nuevo estatus, la UE puede iniciar el proceso para reducir también el nivel de protección del lobo en su propia legislación. Esto podría generar cambios en las normativas nacionales, facilitando la adopción de medidas más permisivas para el control de la especie. Sin embargo, los países miembros aún tienen la posibilidad de mantener una protección más estricta a nivel nacional, una opción que IFAW y otras organizaciones están promoviendo.

“Todos los Estados parte de la Convención de Berna pueden seguir aplicando regulaciones más estrictas para la protección del lobo”, señaló la organización. Con este argumento, instan a los gobiernos europeos a mantener o incluso reforzar las medidas de conservación, evitando un retroceso en la recuperación de la especie.

La decisión de reducir la protección del lobo en Europa llega en un contexto de crisis global de biodiversidad. La ONU ha advertido que un millón de especies están en peligro de extinción, lo que subraya la necesidad de reforzar las políticas de conservación en lugar de debilitarlas. Para los grupos ambientalistas, la medida adoptada por la Convención de Berna envía un mensaje contradictorio y peligroso.

A pesar del respaldo de algunos sectores agrícolas y gubernamentales a la medida, la comunidad científica insiste en que el lobo juega un papel crucial en los ecosistemas. Como depredador tope, su presencia ayuda a regular las poblaciones de herbívoros y mantener el equilibrio natural. Su persecución sin control podría generar desequilibrios que afecten a otras especies y ecosistemas enteros.

Con la nueva normativa en vigor, la presión ahora recae sobre los gobiernos nacionales y la propia UE. Mientras algunos sectores buscan flexibilizar aún más las restricciones para la caza del lobo, organizaciones como IFAW y otras entidades de conservación instan a los países a mantener fuertes protecciones a nivel local.

El futuro del lobo en Europa dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses. La comunidad ambientalista y científica seguirá atenta a los desarrollos, con la esperanza de que la conservación siga siendo una prioridad en la política europea.

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