Detienen a activistas en Corea del Sur durante protesta, un mexicano entre ellos
La policía de Corea del Sur detuvo a cuatro activistas de Greenpeace, tras una protesta pacífica de 12 horas contra un cargamento petroquímico realizada el pasado 30 de noviembre.
Los activistas de origen británico, alemán, taiwanés y mexicano están demandando a los negociadores en las cercanas negociaciones del Tratado de Plásticos de Naciones Unidas en Busan, que no se doblen ante la presión de la industria de combustibles fósiles y petroquímica – y acuerden un tratado que claramente recorte la producción plástica.
“Esperamos que el coraje mostrado por estos activistas, que permanecieron bajo temperaturas congelantes por la noche para enviar un mensaje alto y claro de que este tratado falla a menos de que recorte la producción plástica, servirá como inspiración para los delegados. Y que en estas horas finales de negociación estos se mantendrán firmes, resistirán el bullying de la industria petroquímica y entregarán un histórico Tratado Global de Plásticos que recorte la producción y por fin, termine con la contaminación plástica”, dijo Graham Forbes, Líder de la delegación de Greenpeace para las negociaciones el Tratado Global de Plásticos y líder de la Campaña Global de Plásticos en Greenpeace EE.UU.
Activistas en Corea del Sur contra cargamento químico
Activistas de Greenpeace tomaron acción directa al abordar el buque cisterna Buena Alba, programado para cargar químicos plásticos tóxicos en el complejo Hanwha TotalEnergies. Este acto se realizó en paralelo a la etapa final de las negociaciones del Tratado Global de Plásticos en Busan, donde gobiernos de todo el mundo debaten medidas para reducir la producción de plásticos.
La protesta activistas en Corea del Sur tuvo como objetivo presionar a los líderes mundiales para que resistan la influencia de la industria petroquímica, que busca evitar compromisos que limiten la producción de plástico. Alex Wilson, voluntaria de Greenpeace Reino Unido, declaró: “Estamos aquí para instar a los gobiernos a escuchar a la sociedad civil y a reducir la producción de plástico, protegiendo así el planeta y la salud de millones de personas”.
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El Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL) informó que más de 220 cabilderos de la industria petroquímica participan en las negociaciones, el número más alto registrado. Greenpeace advierte que la producción de plásticos no solo está ligada a la contaminación ambiental, sino también a un aumento significativo en las emisiones de gases de efecto invernadero, poniendo en riesgo los objetivos climáticos globales.
Un grupo de 100 países y la coalición empresarial Champions of Change, integrada por 350 negocios globales, apoyan la inclusión de objetivos de reducción en el Tratado. Sin embargo, Greenpeace estima que para cumplir con los compromisos climáticos y limitar el calentamiento global a 1.5 °C, la producción de plásticos debe reducirse en al menos un 75% para 2040.
Graham Forbes, delegado de Greenpeace en las negociaciones, destacó: “Estamos en un momento decisivo. Un tratado que no contemple recortes en la producción plástica sería un fracaso”. Por su parte, Ornela Garelli, de Greenpeace México, llamó a la delegación mexicana a mantener una postura firme: “Sin una meta global de reducción, no será posible resolver la crisis plástica desde su origen”.
Corea del Sur, anfitriona de la quinta ronda de negociaciones del Tratado, es uno de los mayores productores de desechos plásticos dentro de la OCDE. Greenpeace subrayó la responsabilidad del país en liderar soluciones efectivas contra la contaminación plástica y la crisis climática, en un contexto donde las emisiones por producción de plásticos en Corea del Sur rivalizan con las de Japón y Taiwán juntas.
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