Alertan sobre el peligro de contaminación de la minería marina
Las imágenes encubiertas obtenidas de las últimas pruebas de minería en aguas profundas en el Océano Pacífico muestran la descarga de desechos tirados directamente al mar. Las pruebas fueron realizadas entre mediados de septiembre y mediados de noviembre de 2022 por la minera canadiense The Metals Company (TMC) y su socio operativo y accionista suizo Allseas utilizando el buque perforador “Hidden Gem” en la Zona Clarion Clipperton entre México y Hawái.
Los científicos que estaban monitoreando las pruebas y solicitaron anonimato, dieron a conocer que las fallas en el sistema de monitoreo del programa científico, las malas prácticas de muestreo y la falla del equipo dieron como resultado que los datos recopilados no tengan sentido.
“La compañía minera de aguas profundas The Metals Company y su socio operativo, Allseas, demuestran un flagrante desprecio por el medio ambiente y por las personas de todo el mundo que dependen de océanos saludables”, dijo Louisa Casson de la campaña “Alto a la minería marina” de Greenpeace Internacional.
“La exposición de este incidente y las críticas de los científicos al enfoque de las empresas nos presentan aún más razones por las que no se debe permitir que la minería en aguas profundas comience a escala comercial”.
Las imágenes grabadas durante las operaciones muestran aguas residuales que contienen restos de rocas y sedimentos extraídos del lecho marino descargados directamente en la superficie del océano, con toxicidad e impactos ecológicos aún desconocidos.
“El incidente no ha sido informado públicamente por la compañía. Destaca la incompetencia técnica y científica de TMC y que los inversionistas, el público en general, los gobiernos nacionales o los reguladores no pueden confiar en esa empresa”, dijo la Dra. Helen Rosenbaum de la campaña Minería en Aguas Profundas.
Los testimonios de los científicos responsables de monitorear las pruebas y recopilar datos cuestionan la integridad científica de TMC y Allseas [2]. Según estos científicos, se utilizó instrumentación inapropiada para medir las columnas de sedimentos generadas por la operación de minería en aguas profundas y la metodología de prueba no se basó en la física de las columnas.
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Las columnas de sedimentos serán un impacto ambiental clave de esta industria extractiva debido a su potencial para asfixiar y envenenar formas de vida en un área amplia tanto horizontal como verticalmente debido a la columna de agua en la que se desechan.
Además, los científicos alegan que se intentó influir en la independencia de sus actividades de muestreo. Por ejemplo, según la información obtenida, se ha pedido a los científicos que tomen muestras en columnas de agua clara fuera del camino de las columnas de sedimentos. Además, según los informes, el personal que supervisó el monitoreo no tenía experiencia previa en mediciones en alta mar de este tipo.
La Dra. Catherine Coumans de MiningWatch Canada declaró: “La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés) desempeñó un papel importante en los fracasos de esta última prueba de minería en aguas profundas y tampoco ha comunicado el vertido no autorizado de desechos mineros.
En su apuro por aprobar las pruebas sin seguir procedimientos apropiados, faltaron muchos elementos clave que corresponden a un proceso de monitoreo profesional, incluido garantizar el acceso adecuado a observadores independientes; informes públicos transparentes, oportunos; y suficientes garantías para los denunciantes.
Esta prueba destaca la falta de transparencia y credibilidad de la ISA como regulador y los riesgos inmediatos que plantea la minería en aguas profundas para la salud marina y la biodiversidad del océano, que son bienes comunes globales”.
La Dra. Helen Rosenbaum de Deep Sea Mining Campaign (DSMC) declaró: “La operación de minería en aguas profundas de TMC y Allseas en el Pacífico proporciona una seria verificación de las consecuencias que pueden dejarse en los pequeños estados insulares, como Nauru, Tonga o Kiribati.
Todos estos países han firmado contratos con la misma empresa que ahora se ha demostrado que contamina y no transparenta la información al respecto. La investigación visual de DSMC, Blue Peril, estima que durante un período de licencia de 30 años, TMC y Allseas destruirían un área de lecho marino que alberga ecosistemas únicos y diversos equivalentes a la superficie terrestre de Hawái.
Esto se modeló en la misma área de licencia de Nauru en la que estas empresas acaban de intentar encubrir la contaminación”. Blue Peril también predice que la contaminación creada por TMC en su área de licencia de Tonga tardaría solo tres meses en llegar a las aguas de Kiribati y Hawái.