Desarrollo sostenible indispensable para niñas y mujeres: ONU Mujeres
Si bien no siempre se les reconoce, las mujeres desempeñan un papel esencial en garantizar la protección de ecosistemas frágiles, la capacidad de las familias para sobrevivir a los desastres naturales y la gestión justa, eficiente y sostenible de los recursos naturales.
Aunque las mujeres han demostrado sus capacidades para gestionar los recursos naturales y adaptarse al cambio climático, con frecuencia sus aportaciones son menospreciadas o infravaloradas.
La mujer y el medio ambiente es una de las 12 esferas de especial preocupación identificadas en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing adoptada por las y los líderes mundiales en el marco de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que tuvo lugar en 1995.
La Plataforma señalaba tres objetivos estratégicos que exigían la actuación de los gobiernos en relación con el medio ambiente. Dichos objetivos incluían la participación activa de las mujeres en todos los niveles de adopción de decisiones sobre el medio ambiente, la integración de sus preocupaciones y sus perspectivas en políticas y programas, y el establecimiento de métodos de evaluación de la repercusión de las políticas de desarrollo y ambientales en las mujeres.
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Las personas que, actualmente, se ven más afectadas por el cambio climático (mujeres, niñas y comunidades marginadas) deben participar en el diseño y la aplicación de la respuesta contra el cambio climático para garantizar la distribución igualitaria de los beneficios.
Dado que las mujeres poseen experiencia y conocimientos únicos, sobre todo en el plan local, su inclusión en los procesos de toma de decisiones es fundamental para emprender medidas climáticas eficaces.
En un estudio llevado a cabo en 2019, se llegó a la conclusión de que aumentar la representación de las mujeres en los parlamentos nacionales permite adoptar políticas de cambio climático más estrictas y, como consecuencia, reducir las emisiones de dióxido de carbono.
En el ámbito local, la participación de las mujeres en la gestión de los recursos se asocia con la obtención de mejores resultados en materia de conservación y gobernanza de los recursos.
Dar a las mujeres un mayor acceso a los recursos productivos puede elevar la producción agrícola, reforzar la seguridad alimentaria y reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Si todas las pequeñas agricultoras tuvieran las mismas oportunidades de acceso a los recursos productivos, su producción agrícola aumentaría entre un 20 y 30 % y, por ende, de 100 a 150 millones de personas dejarían de pasar hambre.
Aumentar la producción agrícola puede llevar a disminuir la presión por deforestar más tierras, lo que reduciría más emisiones de dióxido de carbono.
En el lugar de trabajo, el liderazgo de las mujeres está asociado con una mayor transparencia en torno a los efectos del cambio climático. Un porcentaje más alto de mujeres en las juntas corporativas se relaciona de manera positiva con la divulgación de información sobre las emisiones de dióxido de carbono.
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Para llevar a cabo una acción colectiva eficaz contra el cambio climático, deberemos realizar grandes cambios en cómo producimos y medimos el valor económico. Abandonar las prácticas de explotación masiva de los recursos naturales y las economías basadas en los combustibles fósiles representa una oportunidad para crear nuevas fuentes de trabajo y capacitar a las trabajadoras para que adquieran nuevas habilidades.
Aumentar las inversiones en el sector del cuidado es una manera eficaz de dirigir la atención hacia el bienestar colectivo y fortalecer las economías sin generar más emisiones de dióxido de carbono.
Por último, la salud y los derechos sexuales y reproductivos son esenciales para lograr la igualdad de género en la lucha contra el cambio climático. Al reforzar los sistemas sanitarios para satisfacer la demanda actual de servicios de salud sexual y reproductiva, las naciones podrían resguardar los logros obtenidos en la conservación ambiental y de la biodiversidad, la adaptación al cambio y las mejoras climáticas en la salud, la educación y la igualdad de género.
Sistemas de cuidados, empleo y oportunidades económicas claves para las mujeres
Para una recuperación económica sostenible post pandemia es clave invertir en sistemas integrales de cuidados, crear empleos y oportunidades de participación económica para las mujeres, así como acciones para desatar la desigualdad de género, aseguró la directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Ana Güezmes García, durante su conferencia magistral “La sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.
La funcionaria internacional fue invitada por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), señaló que “Seis de cada 10 mujeres de la región están en los sectores más afectados por las crisis, no solo la que trajo la pandemia, sino también las crisis económicas y climáticas”. Incluso en el sector de los cuidados es necesario tomar acciones, pues, “una de cada cinco mujeres en sector social no tiene acceso a seguridad social”.
“Este año puede haber una recuperación económica, pero si no se hacen las acciones necesarias, las mujeres van a tener mayores retrocesos en su inserción laboral. Por ello se debe poner al centro el cuidado, muchas más acciones afirmativas para generar empleos y servicios de cuidados, adoptar pactos políticos sociales y fiscales, así como visibilizar la situación de las mujeres con estadísticas desagregadas y más centradas en conocer qué es lo que ocurre en los territorios”, agregó.
Las mujeres están realizando grandes progresos y los gobiernos recurren cada vez más a su experiencia y liderazgo cuando deben adoptar decisiones importantes relativas al medio ambiente.
Aun así, todavía queda mucho por hacer para apoyar el papel de la mujer en la toma de decisiones y la garantía de un futuro mejor para todas y todos. Con esta finalidad, las Naciones Unidas se esfuerzan por situar a las mujeres a la vanguardia del desarrollo sostenible y en los esfuerzos de la lucha contra los efectos del cambio climático.
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