Profepa inmoviliza cargamento ilegal de mercurio en Manzanillo

- Autoridades detectan más de cinco toneladas de mercurio líquido ocultas en botes de pintura, con destino a Bolivia.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inmovilizó un cargamento de cinco toneladas de mercurio líquido en el puerto de Manzanillo, Colima, debido a que no contaba con la autorización de exportación emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). El material estaba oculto en botes de pintura y tenía como destino final el Estado Plurinacional de Bolivia.
La Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) detectó el cargamento tras realizar análisis fisicoquímicos en su laboratorio central, confirmando la presencia del elemento. Posteriormente, la Profepa solicitó su inmovilización en la aduana y su resguardo en el recinto fiscalizado, iniciando un procedimiento administrativo en coordinación con la Autoridad Aduanera y la Fiscalía General de la República (FGR).
El 16 de abril, personal de la Profepa, en colaboración con la FGR, la ANAM y elementos de la Secretaría de Marina (Semar), verificaron la existencia del mercurio almacenado en 216 cubetas de plástico de 20 litros mediante un muestreo aleatorio.
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El Código Penal Federal, en su artículo 414, establece penas de uno a nueve años de prisión y multas de 300 a 3 mil días para quienes incurran ilícitamente en el tráfico, importación o exportación de sustancias peligrosas, como el mercurio, debido a sus características corrosivas, tóxicas y reactivas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al mercurio entre las diez sustancias químicas de mayor preocupación para la salud pública. La exposición a este elemento, incluso en pequeñas cantidades, puede afectar el sistema nervioso, digestivo, inmunitario, pulmones, riñones, piel y ojos, y representa un riesgo particular durante el desarrollo intrauterino y la primera infancia.
El manejo, uso y comercio del mercurio están regulados a nivel internacional por el Convenio de Minamata, que busca proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones de este elemento. El tratado prohíbe la apertura de nuevas minas de mercurio, exige la eliminación progresiva de las minas existentes, promueve la reducción del uso de mercurio en productos y procesos industriales, y regula las emisiones y liberaciones al aire, tierra y agua.
